Tengo hipertensión arterial ¿Qué debo saber sobre los medicamentos?
¿Todas las personas con hipertensión arterial deben tomar medicamentos?
Si te diagnosticaron hipertensión arterial, es probable que te hayan prescrito medicamentos. Sin embargo, en estados tempranos de la enfermedad, es posible realizar sólo intervenciones no farmacológicas (sin uso de medicamentos) con el objetivo de reducir la presión arterial.
Entre las medidas no farmacológicas se encuentra la actividad física, la pérdida de peso, el aumento en el consumo de frutas y verduras, la eliminación de sodio añadido, especialmente en alimentos procesados, como embutidos, comida con colorantes y saborizantes artificiales, bebidas carbonatadas, saborizadas, azucaradas y gaseosas.
¿Cómo funcionan los medicamentos que reducen la presión arterial?
Para entender este concepto, es necesario comprender, que existen diferentes mecanismos por los que se eleva la presión arterial. Entre ellos la excesiva retención de sodio en la sangre, mediado por la activación de las hormonas encargadas de su regulación (sistema renina, angiotensina, aldosterona y cortisol), así como la activación excesiva del sistema nervioso autónomo (exceso de adrenalina y noradrenalina).
Por esta razón, existen grupos de medicamentos con mecanismos de acción que intervienen en diferentes sitios de este complejo sistema de regulación de la presión arterial.
Si has sido diagnosticado con hipertensión arterial, es probable que hayas recibido algunos de estos medicamentos:
1. Inhibidores del sistema renina, angiotensina, aldosterona:
- Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina: enalapril, captopril, perindopril, ramipril o lisinopril, los cuales pueden darse cada día o cada 12 horas según la prescripción médica.
- Bloqueadores del receptor de angiotensina II: losartán, valsartán, telmisartán, candesartán o irbesartán. Estos medicamentos pueden emplearse generalmente una vez al día, con excepción del losartán y el candesartán que pueden emplearse cada 12 horas.
- Bloqueadores de la aldosterona: eplerenona o espironolactona, que se administran una vez al día, preferiblemente en la mañana por su efecto diurético (productor de orina).
2. Diuréticos (productores de orina):
Su función es la eliminación del sodio excesivo que aumenta la presión arterial. Entre ellos se encuentra la hidroclorotiazida, la clortalidona, la indapamida y la furosemida. No obstante, la furosemida tiene un bajo efecto sobre la tensión arterial, por lo que no se emplea con este fin. Estos medicamentos se prefieren emplear durante el día por su efecto diurético.
En adultos mayores de 65 años, se debería vigilar la aparición de alteraciones en el comportamiento o el estado de conciencia, ya que pueden generar niveles bajos de sodio.
3. Bloqueadores de los canales de calcio:
Estos bloquean la contracción muscular de las arteriolas, disminuyendo el aumento de la presión arterial. Pueden clasificarse según su estructura química y efectos como sigue a continuación.
- No dihidropiridinicos: verapamilo o diltiazem. Estos medicamentos tienen su efecto reduciendo la presión arterial y disminuyendo la frecuencia cardíaca, se prefieren especialmente cuando hay la presencia de arritmias. Su prescripción y vigilancia médica es imprescindible.
- Dihidropiridinicos: amlodipino, nifedipino y nimodipino, estos se emplean generalmente una vez al día o hasta 3 veces al día, como el caso del nifedipino.
4. Bloqueadores del sistema nervioso autónomo (adrenalina y noradrenalina):
- Betabloqueadores: metoprolol, carvedilol, bisoprolol, atenolol o nebivolol, que disminuyen la frecuencia cardíaca, especialmente con la concurrencia con arritmias cardíacas o falla cardíaca.
- Con efecto sobre los receptores alfa: prazosina, alfametildopa o clonidina. Son medicamentos que se emplean de tercera línea y en casos seleccionados, bajo prescripción y supervisión médica.
5. Minoxidil: actúa directamente relajando las arteriolas, se emplea en casos de hipertensión arterial resistente a los anteriores medicamentos. Entre sus efectos secundarios se cuenta la aparición de vello corporal.
Si tengo hipertensión, ¿debo tomar para siempre medicamentos?
Esta es una pregunta frecuente. La respuesta es parcialmente si. Parcialmente sí, porque esto dependerá del control de otras condiciones que pueden aumentar o disminuir la presión arterial. Por ejemplo, la pérdida de peso, la restricción de sodio o el control de condiciones secundarias como trastorno de la hormona tiroidea, control de la apnea del sueño, entre otras.
La decisión de retirar, aumentar las dosis o cambiar los medicamentos, es una decisión que se debe tomar en consulta médica considerando tu caso particular.
¿Debería monitorear mi presión arterial en casa?
Sí. Esto ayuda a realizar un seguimiento para tomar conductas en la consulta. Se recomienda tomar la tensión arterial en la mañana y en la noche.
¿En cuánto debería tener mi presión arterial si tomo medicamentos?
La meta es individualizada de acuerdo a tu caso particular. No obstante, en todos los casos debería ser menor a 140/90 mmHg, en algunos casos por debajo de 130/80 mmHg o hasta debajo de 120/70 mmHg.
¿Existen efectos secundarios con el uso de los medicamentos?
Sí. De los más temidos: el daño renal, no obstante, su riesgo está relacionado con la presencia de otras enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad renal preexistente, la edad, el uso de tóxicos renales y la presión arterial muy baja como efecto de los medicamentos.
Con el uso de diuréticos, puede ocurrir un descenso grave del sodio, especialmente en adultos mayores de 65 años, con fragilidad y bajo peso, por lo que se debería estar atento ante cambios del comportamiento o del estado de conciencia.
Aunque los efectos adversos son infrecuentes, siempre se debe realizar un seguimiento y evaluación periódica para valorar el control de la presión, evaluar los efectos secundarios y realizar ajustes oportunamente.